Algunos datos de la tauromaquia y los cosos de El Espinar
Durante el siglo XV hubo una gran afición a ciertas competiciones con la participación de toros bravos entre algunas familias, más o menos notables de El Espinar. Ya hacia finales de siglo XV, se compraba la casa de Pablo Descogotado, situada en la “Plaza de Abajo” para hacerla sede del Concejo y por esos días Alonso Sánchez Ybáñez, hijo de Juan Sánchez Bermejo Ybáñez, destacó como uno de los mejores jinetes de España en los juegos de alancear toros y jugar cañas que se celebraban, destacando en ciudades como Segovia, Ávila, Valladolid y Madrid. Aquí solían realizarse en la Corredera “con ocasiones de bodas y fiestas particulares, concertándose, también, juegos de cañas y de copar gorra, al salir de misa en los arcos de la iglesia que salen al cementerio que llaman los “Casetones” para competirlos esas mismas tardes”.
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En 1748, siendo probablemente alcalde ordinario por el Estado Noble D. Joseph Velasco, y Miguel Rodríguez de Lorenzana alcalde Ordinario por el Estado General, la Corredera figuraba en el puesto nº 11 de plazas de toros de España hecha de fábrica, ni portátil de carros, ni de madera.
Otro dato que nos ha llegado se refiere al año 1768, en que hubo protestas pues la ganadería empleada para las corridas de toros de las Fiestas del Stmo. Cristo del Caloco y de San Roque, no fue buena.
1897 fue un año prolífico en acontecimientos en El Espinar. Era alcalde Domingo Rodríguez de Arce Mateos, y entre otros acuerdos del consistorio se realizó un Expediente Municipal de Arrendamiento de la plaza de toros perteneciente a la familia Geromini en el Cabezuelo. Era de forma ligeramente elíptica con 56,40 m en el eje más largo y 53,80 m en el eje menor.