SOBRE LAS VENTAS DE EL ESPINAR
Y LOS TEMPLOS DE SAN RAFAEL
“Estando en la víspera de la festividad de San Rafael quiero traeros algunos datos que nos informan de estos dos temas. Para saber más sobre las ventas habría que acudir a Fernando Matute Butragueño que tiene realizado un exhaustivo estudio de las ventas del Término”
Desde la época de los romanos con el Itinerario de Antonino ya sabemos de la calzada principal por el puerto de la Fuenfría hacia Segovia, y parece que habría un posible ramal que atravesaría la sierra por el paso de menos altura, conocido mucho más tarde como paso de Valatomer, muy próximo al actual puerto del Alto del León, el cual atravesaría el actual Término de El Espinar. Posteriormente, con los musulmanes, dicho paso fue muy utilizado en las diversas razias que tuvieron que atravesar la “Sierra del Dragón”, conocida posteriormente como “Sierra de Guadarrama”, y para salvaguardar el itinerario los musulmanes jalonaron este con una serie de estructuras defensivas. Algunas de estas estructuras, con el paso del tiempo, y ya en periodo de la Reconquista, junto con otras nuevas que se levantaron, se convirtieron en “alberguerías” para cobijar a los viajeros durante el recorrido por estos caminos. Más tarde, algunas de estas alberguerías se convirtieron en ventas, paradores y fondas donde se atendía a los viajeros de estos itinerarios.
Durante el reinado de Alfonso X, en 1273, se otorgaron una serie de privilegios a las alberguerías del camino del puerto de Valathome (Balat Humayd, o Tablada (“EL ESPINAR Y EL CAMINO DE SANTIAGO POR EL “PASO DE VALATHOME”). Como he mencionado, algunas de ellas se convirtieron en establecimientos para los viajeros según diferentes documentos (Venta de la Campana, Venta del Cornejo, Venta Nueva, Venta de Gudillos, Venta de la Cruz), donde se les quitan todo tipo de tasas e impuestos. Entre otros, queda recogido en el estudio de Ricardo Fanjul “Balat Humayd” de 2017, donde se hace mención a dichas ventas.
Las denominaciones de estas vías varían desde las “calzadas” de la época romana, las “carreras” en el periodo medieval, los “caminos” difundidos por Pedro Juan de Velluga en el XVI, de nuevo “calzadas” en periodos borbónicos y muy posteriormente, las “carreteras”. En origen también se diferenciaron en categorías, por su importancia de tránsito, “reales”, o según pudieran ser recorridos a pie, a caballo, o con ruedas, y también por el ancho de las vías. Yo aún guardo restos de un carro para el heno que tenía mi padre, al cual hubo que cambiarle las ruedas originales por ruedas con neumáticos para poder hacer recorridos por asfalto.
El Término Municipal de El Espinar se ha visto atravesado a lo largo de la Historia por múltiples itinerarios. Alguno de los más antiguos pasaba por el pueblo, como fueron los conocidos en las edades Media y Moderna como “carrera de Toledo a Valladolid”, “camino que conduce de Madrid a Coímbra por Ciudad-Rodrigo”, o “Camino Real de Castilla”. A partir de 1776, con la construcción de la ruta por el Alto del León y el nuevo trazado dejaron a la Villa a un lado. Y, ya llevamos muchas décadas con la actual carretera N-VI de la Coruña, y sus variantes vías rápidas y autopistas.
Como he comentado antes, estos itinerarios iban jalonados por una serie de establecimientos para dar servicio a los viajeros. Algunos desde la Edad Media, ya mencionados, y otros fueron surgiendo según las necesidades del camino. De ellos, algunos fueron de propiedad particular como “La Campanilla”, la “Venta Nueva”, la de “Prados”, del “Hambre”, la de “la Esperanza” o de “Fernandesco”, o del “Confitero”, la de “Romasanta”, la de “Caloco”, o “Parador de Gonzalo Ruyz”, la de “Zamarra”, la de “La Caserina”, otros pertenecieron al Concejo de El Espinar, la de “Gudillos”, de “La Cruz”, la Venta del Molinillo, y la “Venta Grande”. La del “Cornejo” unas veces aparece perteneciendo al Concejo de la Villa y otras como de propiedad particular. Otras a la Administración de la Corona como la ”Fonda de San Rafael”, y de otras no tenemos información, como la “Venta Real” y la de “El Espinar”.
En 1330 Juan Ruiz (Arcipreste de Hita) escribe el Libro del Buen Amor en el cual nos habla de estos parajes: de su encuentro con la tercera serrana en la Venta del Cornejo, Mengua Llorente y de la cuarta serrana en la sierra y cerca de la Venta de Tablada.
Pocos años después, en 1342, el Concejo de El Espinar compra heredades y fincas de Gudillos. La Venta de Gudillos después de esta fecha siempre ha aparecido como de propiedad del Concejo de El Espinar, por tanto, es acertado pensar que entrase a pertenecerle en esta compra que hace el Concejo.
Entre 1311 y 1350, en el libro de Montería de Alfonso XI al describir un recorrido desde la Garganta de Ruy Velázquez sitúa una vocería así: “por la cumbre del Quintanar ayuso (abajo) hasta la venta de la Cruz”.
El 7 de septiembre de 1368 la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia concede la Tercera Carta Puebla. Al delimitar los territorios concedidos de ampliación del término dice: “… comienza el término en el Guijo blanco situado en el somo de Santa María del Caloco, va derecho al collado del valle de Santa María o valle Ayuso, somo de la Casa del Romo situada en el rio Moros, sigue derecho al Poyal, Valdescuro, cumbre de las rinconadas y se dirige a las Navas de San Millán, collado de Vallezuelos, venta de la Cruz, Espartero, camino adelante a Navahorcados,“ y después dice: “continua derecho hacia la hacienda de Pedro Martín “el Descornado” situada en el rio Moros, baja derecho a la Majada los Bollos, cerro alto de la Barbojada, arroyo Ayuso hasta llegar a la casa de Gudillos”, Por tanto esto ratifica que en esa fecha la Venta de la Cruz ya figura como tal y la de Gudillos es mencionada como “casa”, pero Alfonso X la menciona como alberguería.
Respecto a esta Venta de la Cruz (en la entrada a los actuales Ángeles de S. Rafael), en 1514 sabemos que era ventero Juan Patón, y Francisco Cornejo lo era también de la Venta del Molinillo (¿tendría algo que ver esta venta, que es la única vez que yo la encuentro mencionada, con la posada del siglo XIX que acabó en manos de la familia Romero, muy próxima al rio Renales, también conocido por “rio Molinillo” por el molino del Chorrillo que solo podía moler media temporada por la falta de caudal, y frente a la casa de la familia Portal?, o ¿se referirá a otro edificio?
Según el estudio de 1546 de Pero Juan de Villuga, la Venta de la Cruz era un punto de paso importante del antiguo camino medieval de Zamora a Sigüenza.
El 22 de septiembre de 1552 el Concejo compra unas tierras a Alonso García situadas junto a la Venta de Gudillos. (Hay datos de Alonso García en el Archivo Parroquial, tuvo el oficio de tintorero, y fue padre de Alonso, Paula y Catalina. Podría ser este)
También en esta misma fecha, el Concejo de El Espinar, al comprar las tierras de la Venta de Gudillos, da la prohibición de entrar con armas en su término.
Unos cuantos años más tarde, el 14 de junio de 1576, Frutos Lancha arrienda al Concejo la Venta de la Cruz en el Carrascal, de esta villa, por un período de 3 años pagándose por ella 6.000 maravedís anuales, efectuándose el pago cada 4 meses. (E.M.V.D.M. y L.) (No hay datos de Frutos Lancha, pero sí de sus hermanos Johan, Marcos, Andrés e Ysabel Lancha Avilés, bautizados entre 1569 y 1577. Hijos de Andrés Lancha, zapatero de oficio, y María Avilés. ¿Frutos podría ser un hermano de Andrés padre y haber nacido antes del 1547?).
El 9 de julio de 1582 el Concejo rematada con Gabriel García la obra de la Venta Real de El Espinar, en el precio de 50 ducados. (E.M.V.D.M. y L.) (Hay datos de Gabriel García, hijo de Pedro García, de Otero, que vivía en Prados, pero por las fechas es imposible que se refiera a este Gabriel, tiene que referirse a otro)
En este mismo año de 1582, vemos de nuevo a Frutos Lancha que vuelve a arrendar al concejo la Venta de la Cruz por un período de 3 años pagando por ello 6.000 maravedís anuales y siendo los pagos cuatrimestralmente. (E.M.V.D.M. y L.)
El 22 de enero de 1594 Mateo Martín, vecino de El Espinar y morador de la Venta del Cornejo, paga a Juan de Coca 150 reales por la compra de 100 arrobas de hierba. (E.M.V.D.M. y L.) (Mateo Martín García fue bautizado el 28 de agosto de 1553. Hijo de Mateo Martin, herrador de oficio, y de Francisca García, ambos de El Espinar. Encaja en las fechas perfectamente)
También Francisco Coello sitúa durante este siglo XVI en su Atlas de 1849 una serie de ventas, algunas ya mencionadas, como son la de la Campana, la de Cornejo, la Nueva, la de la Cruz, la del Hambre, la de Prados, la de Herreros. Después de cotejar varias informaciones, y a pesar de su gran aporte, parece que acaba confundiendo algunas situaciones. (En cualquier caso, aunque trae varios errores contrastados, hay que mirar el libro de Leonardo Fernández Troyano “Los pasos históricos de la Sierra del Guadarrama”)
De 1600 es la noticia de que, por ese año, Francisco Vitoria, del estado noble, originario de El Espinar a través de los Márquez de Prado, y tenido como vecino de la venta del Concejo (¿o del Cornejo???) esquilo en el pueblo más de 20.000 ovejas. (No hay datos del apellido Saez de Vitoria hasta 1700 en los libros de partidas de bautismo del Archivo Parroquial, pero si sabemos por el “Nobiliario de Segovia” de Jesús Larios Martín de su ascendencia en dicha familia)
Ya en 1709, en el testamento de Gabriel Márquez de Prado dice que tiene la Venta Nueva en Navahorcados, en el camino que va de la Venta de Herreros a Guadarrama. Lo compró a Gabriel de Arévalo de Zuazo el 13/01/1666 por escritura pública. Dice que la levantó a su costa desde los cimientos según estaba entonces. La tenía arrendada a Diego Brasas en 3.300 reales al año, y la mitad de los reparos son por su cuenta. También tiene una casa unida a la ermita de San Bartolomé que él ha construido desde sus cimientos y está junto a la venta. Que dicha casa la tiene arrendada a Pedro Lavajos, maestro herrador, por 250 reales al año y la mitad de los reparos son por su cuenta.
Años después, en 1721 nos encontramos con la “Provisión de la capellanía” que existía en la Ermita de San Bartolomé (situada en la Venta Nueva) perteneciente a D. Gabriel Márquez de Prado y a favor de D. Manuel del Canto (cura vicario de San Eutropio).
En 1751, en el Catastro del Marqués de la Ensenada, respecto a El Espinar, por un lado, pone:
* El término privativo es de 33.735 obradas. Hay 440 vecinos (5 nobles, 56 viudas, 3 venteros, 14 molineros y un número alto de inclusas), población aproximada 2200 habitantes.
También hay: 1 Venta de Gudillos perteneciente al Concejo y vale 9.972 reales, y 1 Venta de La Campanilla con valor de 2.317 reales.
Y, por otro lado, dice:
* Hay 4 ventas, 2 próximas, 1 en Gudillos a 1 legua, 1 en la campanilla, una venta Nueva a ¾ de legua que pertenece a la Obra Pía de Gabriel Márquez de Prado con su ermita a San Bartolomé, y que regula 4.000 reales, y una del Cornejo a 1 legua, del Marques de Perales, con su ermita de Ntrª Sra. de la Concepción, y cada una regula 4.000 reales. Esta ermita la hizo la Marquesa de Perales (también descendiente de Quintín Márquez de Prado) junto a la venta del Cornejo.
*Hay 4 venteros que producen: 1 en Gudillos a 2.500 reales, 1 en Campanilla a 600 reales, 1 en Cornejo a 1.500 y 1 en venta Nueva 2.500 reales.
*Nota: No aparecen en esta información del Catastro otras ventas como: Ventas de la Esperanza (algunos la conocen por la del Confietero, o Fernandesco), de Romasanta, del Caloco (los restos de las dos de este lugar aún se pueden contemplar. Una, La “Venta Grande o Nueva” que hizo el Concejo, se levantó pocos años después, y la del “Parador de Gonzalo Ruyz”, esta quizá se levantara algo después, pero sería aprovechando la situación de una venta anterior), de Zamarra, y las mencionadas anteriormente la Real, la de El Espinar, de la Cruz y la del Hambre estas dos últimas, ambas en el Carrascal (Los actuales Ángeles de S. Rafael). (Posteriormente existió la Casa de los Perros, en la subida del puerto del Alto del León, pero a mi no me aparece como una venta).
De la venta “Parador de Gonzalo Ruiz”, esto es lo que pone en la pieza labrada que se encuentra sobre la portada de carros, Pascual Madoz, en su publicado de 1846 dice: “… es hermoso, grande y cómodo para toda clase de viajeros; de propiedad particular y de construcción moderna, en él se detienen las diligencias; El producto en renta por quinquenio del parador, prados y tierras, se gradúa en 12,000 reales, y lo que su dueño paga de impuestos de toda ella en 2,400”.
Por otro lado, Carlos Parrilla en su artículo del 26 de mayo de 2021 en el periódico de El Espinar nos da información de un acontecimiento que ocurrió en la noche del 21 de abril de 1819. “Siendo alcalde ordinario por el Estado General Mateo Torrejón, se produjo el asalto a esta Venta del Caloco por once hombres armados con escopetas y trabucos reteniendo a más de 22 personas, entre viajeros y residentes y se llevaron entre 700 y 800 reales del ventero, alguna otra pequeña cantidad, comida y bebida a su antojo, así como cinco gallinas y efectos de los arrieros gallineros que estaban de paso”.
En cuanto a la Venta Grande, o Nueva, a la que corresponden las ruinas situadas, también, frente a la ermita del Stmo. Cristo del Caloco, fue un enorme edificio situado al otro lado de la NVI, sobre el que me puso en la pista Fernando Matute Butragueño, que me pasó el estudio de Gonzalo Palacios de 2020, “Hospederías de los siglos XVIII y XIX: Cristo del Caloco”. Se nos da información de estas ventas, y nos dice que en el “Mapa de la Provincia de Segovia” de 1776 de Tomás López ya existía esta “Hospedería Nueva”. Así pues, teniendo en cuenta que no aparece reflejada en el Catastro de Ensenada de 1751, interpreto que dicha hospedería tuvo que levantarse entre ambas fechas. Según parece, fue costeada por el Concejo de El Espinar para dar servicio a viajeros y transeúntes, máxime con el aumento de este tráfico a partir de la construcción del Puerto del Alto del León. Pero tuvo una corta vida. Es tradición popular que fue quemada por los franceses en su estancia en la villa entre 1808 y 1812. También Madoz nos dice “… existen a la izquierda de la carretera, las ruinas de una venta titulada Grande, que fue edificada por la villa del Espinar, ordinariamente habitan en el de 14 a 15 personas, de las cuales hay 11 varones”. Estudiando detenidamente los restos del edificio de la “Venta Grande”, las más de cincuenta ventanas, los portones carreteros con sus salva carros, que aún se pueden ver en la portada trasera, compuesta de jambas y dintel adovelado, y el tipo de construcción con ventanas enmarcadas con rejas de forja las de la planta baja, esquinas de llaves, extraordinarias cornisas y portadas labradas, podemos afirmar que el Concejo de la Villa realizó una gran inversión con miras a futuro, y que por desgracia se truncó en esta gran ruina gracias al paso de “la francesada”.
La Venta de la Caserina tiene que ser de después. En 1751 no existiría, pues, aunque en 1749 el rey Fernando VI inaugura el paso del puerto del Alto del León, la idea de construir las fondas, a uno y otro lado del puerto, debió de surgir después.
Efectivamente, la Casa de Postas de San Rafael (después Fonda) se manda construir por “Orden del rey Carlos III” en 1784, pero parece que se tardó en llevar a cabo. De hecho, hasta 1790 no se tiene noticia de actividad alguna, ni de la fonda, ni de sus habitantes, ni religiosa de la iglesia que se levantó junto a ella y una casa para el teniente Vicario. Estaban situadas a tres cuartos de legua de El Espinar y junto a la Calzada Real. A la iglesia se la dotó con 500 ducados sobre el impuesto de portazgo del Alto del León y junto a la iglesia y separada de la “Casa de Postas” por el camino a Segovia, se situaba el edificio del fielato, donde se cobraban los portazgos, edificio, que aún existe con una planta que se edificó encima posteriormente, cuando pasó a ser Oficina de Correos, para ser el hogar del telegrafista.
En 1787, de camino hacia al Palacio de la Granja de San Ildefonso, pasó el que sería futuro rey Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma pasando la noche en la Casa de Postas de San Rafael.
El 22 de diciembre de 1808, a mediodía, partía el Emperador Napoleón Bonaparte al mando de las tropas que estaban en marcha de la Fonda de San Rafael. El propósito de aquél era pernoctar en Villacastín, pero un violento temporal de nieve se lo impidió. Viéndose obligado a hacerlo en la Venta Grande. Al día siguiente, a pesar del temporal, el emperador desfiló a lo largo de la División Lapisse, poniéndose a la cabeza. Los insultos y amenazas de sus soldados no le amedrentaron y en cabeza, pie a tierra, marchó tras los caballos, sirviendo de guía. De esta forma el 23 salía hacia Villacastín, alojándose en una casa de la calle Real, hoy en día residencia del cura párroco. "...Antes de abandonar San Rafael, Napoleón tomó las medidas necesarias para activar la marcha…el emperador trasladó su cuartel general a Villacastín. (S. H. M. "Guerra de la Independencia" p. 204-208).
En 1840 la Dirección General de Caminos sacó a subasta pública la Fonda de San Rafael por un periodo de tres años y 8.500 reales.
Diez años después, en 1850 Pascual Madoz escribió el libro diccionario geográfico de España. Respecto a esta villa de El Espinar dice lo siguiente:
Tiene 6 leguas de longitud por el punto más distante y 2 y cuarto de latitud. Comprende el Santuario de Nuestra Señora de la Losa y del Santo Cristo del Caloco, la Venta de Gudillos, la Venta de la Esperanza o Fernandesco, la Venta o Parador del Caloco, el Puerto de Campanilla o Enteblado y la Fonda de San Rafael.
Igualmente dice que sobre el arroyo Gudillos hay un puente de piedra medieval de un solo arco, y la renta de su Venta asciende a 6.600 reales.
Breve exposición de los templos de culto de San Rafael
En cuanto a los templos de culto de San Rafael, como hemos visto, próxima a la Casa de Postas se levantó una iglesia de características neoclásicas y junto a ella una casa para el teniente Vicario.
He conseguido información de los primeros habitantes, sus bodas, bautizos y celebraciones religiosas que eran realizadas por el párroco de San Eutropio Ambrosio del Castillo, encargado de hacer los oficios religiosos en San Rafael. Así, los oficios más antiguos correspondieron a ese mismo año de 1790, en que se celebró la 1ª Misa en la iglesia, dedicada primero a San Antonio. Un par de años después en 1792, ya aparece como cura titular del nuevo poblado de S. Rafael, D. José Hoyuelos Rodríguez-Teniente. Es decir, también aparece ya con la advocación a San Rafael, en su enclave original, al oeste de la Casa de Postas, haciendo de divisoria entre el camino hacia Villacastín, y el camino hacia La Granja y Segovia. (Actual finca de los Hnos. García Rodrigo, es decir, los hermanos Polo, herederos de Ciriaca de Castro Gómez).
En 1835 con la Desamortización de Mendizábal se desacralizó la iglesia y pasó a manos de la familia Gómez Sánchez, de quién la heredó la citada Ciriaca.
Muy posteriormente se bendijeron algunas capillas abiertas como “capilla pública” para el culto religioso en algunas residencias de las nuevas casas solariegas. De entre ellas os traigo la información de estas:
-El 1 de agosto de 1900 en el Hotel titulado “El Robledal” de San Rafael, propiedad del espinariego D. Francisco Javier Gil Becerril y Dñª Isabel de Biedma Oñate, ante el Obispo de Segovia, alcalde, juez, y párroco de El Espinar, se bendijo solemnemente una capilla pública en advocación de Ntra. Sra. del Carmen situada en los bajos de dicho hotel.
-El 26 de septiembre de 1901 se reconoce como capilla pública una capilla instalada en la casa solariega llamada de Santa Adelaida en el Parador del Sol entre El Espinar y San Rafael.
-Y ya en 1918 se inauguró la capilla de la Virgen del Carmen en S. Rafael construida por las indispensables iniciativas de algunos veraneantes y una cierta suscripción popular.
Así el 26 de octubre 1919 el Ayuntamiento de El Espinar acuerda la compra de un cáliz, una patena y unas vinagreras para la nueva capilla de San Rafael.
En cuanto al antiguo edificio neoclásico de la iglesia original de San Rafael, recordemos que había sido adquirido por la familia Gómez Sánchez, por tanto, cuando el 3 de octubre de 1921, se realizó un escrito, hecho por el coadjutor de San Rafael Cayo Martín y otros vecinos, solicitando ayuda para poder reedificar la iglesia que se encontraba en ruinas, no se pudo llevar a cabo. De ahí que, unos años después se acometiera la construcción de un nuevo templo.
En 1926 los herederos de la familia Gómez Sánchez vendieron por valor de 20.000 pesetas las piedras y elementos de la antigua iglesia al doctor en medicina José Goyanes. Este, bajo la dirección del arquitecto Antonio Vázquez Figueroa construyó una residencia señorial añadiendo nuevos espacios y elementos constructivos, así como unos esplendidos jardines.
En 1935 el doctor José Goyanes vendió al notario Fernández Criado el espléndido hotel por 650.000 pesetas, y en 1939, este notario lo revendió a la Administración, que posteriormente instaló en esta magnífica finca un albergue para la Sección Femenina. En la actualidad se conserva y mantiene como “Albergue Juvenil”. Es decir, un nuevo concepto de las “antiguas ventas”
<<Como he mencionado en más de una ocasión a la familia Gómez Sánchez quiero traer aquí unas líneas sobre su origen.
A finales del siglo XVIII (1797) llegó a San Rafael, procedente de Muñana, Ávila, un herrador llamado José Gómez Jiménez, nacido en 1767, hijo de Juan Gómez y María Jiménez. Este casó con Sebastiana de Cangas Alonso, natural de Valderrey, León. De este matrimonio nacieron Juan en 1800 y Juan Bautista en 1801. Al parecer Sebastiana falleció y José fue a buscar una nueva compañera a su pueblo de origen. La elegida fue María Sánchez Ximénez, hija de Manuel Sánchez y María Ximénez nacida en Hoyo de Pinares, Ávila. Este matrimonio no perdió el tiempo y enseguida formaron una gran Familia formada con los nacimientos de Juan Bautista en 1805 (imagino que el niño Juan Bautista anterior también falleció) y Hermenegildo José en 1807, Pascual, Mariano, Lucas, Francisco, Fernando y Pedro.
De estos personajes que, entre otros, les tocó luchar con el surgimiento de San Rafael, desciende un tanto por ciento muy elevado de la actual población del Término con los que estamos emparentados otro tanto por ciento, aún más elevado.>>
Volviendo con la iglesia, en 1933 ante la necesidad patente de un templo religioso se realizó la construcción de la nueva iglesia de San Rafael, bajo el proyecto del arquitecto García de Pablos en el Po. de Gil Becerril, aquel espinariego que tanto colaboró para el desarrollo de San Rafael.
Ya entre febrero de 1950 y mayo de 1951 se llevó a cabo el proyecto de ampliación de dicha Iglesia (casa, despacho y sacristía), así como la demolición y reconstrucción de la fachada principal, pórtico de acceso y torre del baptisterio.
Respecto a los nacimientos registrados en el siglo XVIII fueron:
-Del matrimonio de Manuel Piquero García (empleado en las obras de S. Rafael) y Francisca Solana, ambos nacidos en Otero de Herreros, nacieron Rafael en 1790, los mellizos Pedro Rafael Román y Mariana de la Trinidad en 1793, y Julián en 1798.
-Del matrimonio formado por Pedro Macabeo Rabota, natural de Catordio de Alejandría en Piamonte, Italia, y María Theresa de la Borda Casado, de Zaragoza, nació Pedro José Antonio en 1792.
-Del matrimonio formado por Dionisio Ballesteros, de Zamarramala y Sabina González, de Hontoria, nació María Brígida en 1792.
-Del matrimonio formado por Juan Bautista Lluc, de Valencia, y María Engracia Monje, de Torrecilla de Talavera de la Reina, nació Mariano en 1799.
A partir de 1970 la festividad de San Rafael Arcángel, que se venía celebrando el 24 de octubre, pasó a celebrarse el 29 septiembre, conservando esta fecha hasta la actualidad. Así pues, en estos días, es menester decir
“!!!VIVA SAN RAFAEL!!!”
patrón de los caminantes y enfermos.
Servando Hurtado Gonzalez
El Espinar, septiembre de 2023
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