Ya ha comenzado en los núcleos de El Espinar, la instalación de los medidores con motivo de la campaña 2021-2023 para medir gas radón en el interior de viviendas y de edificios públicos, con el fin de elaborar y desarrollar el mapa de potencial de radón en Castilla y León, y así evaluar la exposición de la población en el aire de ambientes interiores. Campaña llevada a cabo por la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León
Esta instalación se ha llevado a cabo en algunos edificio públicos (Ayuntamiento, centro medico...) y en viviendas cuyos propietarios se han prestado voluntarios. Estos aparatos, estarán recogiendo datos durante 3 meses.
Según el Mapa del potencial de radón de España, El Espinar está situado en una zona peligrosa por su alto nivel, "P90 mayor que 400 Bq/m3" ¿Qué significa esto? ¿Qué es el potencial de radón de una zona? Es el percentil 90 (P90) de la distribución de niveles de radón de los edificios de esa zona.
Por ejemplo, ‘300 Bq/m3’ significa que:
- El 90% de los edificios tienen concentraciones inferiores a 300 Bq/m3.
- El 10% supera este nivel.
¿Qué es el radón?
El radón (Rn-222) es un gas radiactivo incoloro, inodoro e insípido que procede de la desintegración radiactiva natural del uranio presente de forma natural en suelos y rocas, especialmente graníticos. Emana fácilmente del terreno, ascendiendo entre los poros del mismo, hasta llegar a la superficie, donde pasa al aire y se desintegra emitiendo una serie de partículas radiactivas. La presencia de radón en el exterior de los edificios es baja debido a que una vez alcanzada la superficie se diluye rápidamente entre los gases de la atmósfera, sus concentraciones suelen estar comprendidas entre 5 y 15 becquerelios por m3 (Bq/m3). Sin embargo, si el radón se filtra en un espacio cerrado, su concentración se acumula de manera imperceptible, pudiendo alcanzar valores comprendidos entre los 10 y los 10.000 Bq/m3.
Efectos
Este derivado del uranio se está poniendo de moda porque es la segunda causa de cáncer de pulmón, ya que al ser gaseoso se puede respirar. De todos los cánceres de este tipo entre el 10 y el 15% se debe al radón, mientras que el primer factor es el tabaco. Hay estudios que demuestran la relación directa entre esta patología y esta sustancia y, si esta última la mezclas con la otra, “la probabilidad de sufrir esta enfermedad aumenta.
El radón está considerado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC)
El riesgo de que podamos contraer esta enfermedad a causa del radón depende de varios factores, entre los que se encuentran:
• Los niveles de gas radón existentes en nuestra vivienda o lugar de trabajo
• La cantidad de tiempo que permanecemos en estos lugares
• El hecho de que seamos o hayamos sido fumadores
El riesgo de padecer cáncer de pulmón aumenta de manera proporcional al aumento de la exposición al radón, pudiendo aumentar hasta un 16% por cada incremento de 100 Bq/m3 en la concentración media de radón a largo plazo. Según la OMS, el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco en fumadores, y la primera entre quienes no han fumado nunca.
¿Por dónde entra el radón en las viviendas?
El radón puede suponer un problema en cualquier tipología de vivienda, ya sea nueva construcción o vivienda existente, con corrientes de aire o bien aislada, con o sin sótanos, siempre que no tengan las medidas de protección adecuadas.
Este gas, más pesado que el aire, se difunde fácilmente desde el subsuelo, donde se encuentra en mayor concentración, hasta la atmósfera y el interior de las viviendas donde suele penetrar por convección a través de las plantas más bajas que están en contacto con el terreno. Por regla general y debido que la densidad del radón es superior que la del aire, las mayores concentraciones de este gas en un edificio se localizan en las plantas inferiores como sótanos y plantas bajas. En ocasiones se han encontrado valores de concentraciones altas en plantas superiores, cuando existe una comunicación entre plantas, debido al tiro térmico que asciende por los conductos.
Pero, ¿Cuáles son las posibles vías de entrada del radón en las viviendas?
• A través de la solera ya sea a través de las juntas de dilatación, de las fisuras o del propio hormigón. A través del forjado sanitario: el gas procedente del terreno puede acumularse en la cámara de aire bajo el forjado y cuando ésta no tiene ventilación, puede traspasar el forjado penetrando en la vivienda.
• A través de los muros de sótano, en viviendas enterradas o semienterradas.
• Por el interior de las cámaras de aire en muros: tras penetrar en ellas, el radón puede moverse con facilidad y alcanzar las plantas superiores.
• Por los conductos de saneamiento: puesto que éstos conectan los baños, aseos y cocinas con las arquetas de la red horizontal de distribución situada generalmente bajo la solera.
Otras vías de entrada:
Además de la infiltración de gases del suelo por diferencia de presiones, como ocurre en los casos mencionados anteriormente, el radón también puede llegar a nuestras viviendas a través de las emanaciones procedentes de los materiales de construcción o a través del agua de pozos o manantiales. Aunque en ambos casos las concentraciones de radón son insignificantes.
Los materiales de construcción, por lo general, no suponen un riesgo, puesto que las piedras de granito empleadas en la construcción tienen una capacidad de liberar radón diez veces inferior a la que tiene el suelo. De hecho, las aportaciones con las que estos materiales contribuyen en la concentración de radón en las viviendas se estiman solamente entre 10 y 20 Bq/m3.
Por otro lado, el radón presente en el agua potable procedente de fuentes subterráneas como pozos o manantiales puede pasar al aire de los espacios interiores, siendo más importante la cantidad de radón que se inhala al respirar que la que se ingiere al beber. Gran parte del riesgo que genera en el agua proviene de las emisiones de gas en el aire cuando usamos el agua de duchas o cuando realizamos las tareas domésticas. Se estima que los sistemas públicos de abastecimiento de aguas la concentración media de radón oscila entre 0,4 Bq/l y 20 Bq/l, dependiendo si el agua procede de fuentes superficiales o subterráneas. La OMS y la Comisión Europea consideran que por debajo de 100 Bq/l no es necesario realizar controles en abastecimientos públicos.
Esta guía útil para que conozcas un poco más sobre este gas 👉 https://bit.ly/3xuHpkL
ℹ Cualquier duda al respecto puede consultarse con el Servicio Territorial de Sanidad en el teléfono 📞921 417 149.
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