Por Mª Yolanda González Gómez, jefe del Archivo Municipal de El Espinar.
Antes de estudiar el nombre de
la calle que he elegido para el conocimiento de todos, me gustaría hacer una
precisión.
En este tiempo difícil, donde
la pandemia nos ha hecho replegarnos en nuestras casas y lo que es peor, se
está llevando a tanta gente, algunas personas más conocidas y otras menos
conocidas, me gustaría, aunque se que es algo difícil de hacer, que nos
evadiéramos por un minuto de este trágico problema, con la lectura de este
escrito y que a la vez nos sirviera para pasear virtualmente por esta calle que
os traigo a vuestros hogares.
Pues bien, ¿Quién fue Bruno Ortega?
Don Bruno Ortega de Teresa,
fue un maestro que ejerció la docencia en El Espinar. El Pleno de 6 de junio de
1850 ratificó la elección para una vacante que había en la Escuela con un
sueldo de 4400 reales.
Y seguro que nos preguntamos, ¿cómo
iba a tener esas competencias el pleno del pueblo?
Hablamos del S. XIX donde a
los maestros los pagaba el Ayuntamiento, esto evidentemente cambio hace muchos
años, pero viajamos a otros siglos, donde la situación no es la de ahora.
Así que, con la ratificación
hecha el día 1 de Julio de ese año 1850 se reunió la Corporación, el cura y la
Comisión Local de Instrucción Primaria (Comisión de Enseñanza) y dieron
posesión de su destino a dicho señor, estando presentes los niños que asistían
a esa enseñanza.
Treinta años después el Pleno
de 27 de enero de 1863 reconocía los esfuerzos realizados por D. Bruno Ortega
en sus clases de adultos y se acordó “que la Junta de Instrucción Pública se
personara en el local de la Escuela de Niños, visitando la clase de adultos
donde vieron a 50 personas adultos ansiosas de instrucción, donde recibían
lecciones de Primera Educación, apartándose de las tabernas y otros focos de
corrupción”. Eran pobres trabajadores y no podían compensar al profesor el
trabajo e interés, pero pagaban 14 luces de cera vegetal para el alumbrado del
local por 7 reales diarios.
Os recuerdo que en este tiempo
no había luz eléctrica, de ahí la utilización de velas para alumbrarse.
Viendo todos los representantes
municipales esta situación, el pleno municipal acordó proteger el local, donde
daban clases los adultos, a la vez impulsar el desarrollo de la Escuela y
cubrir el gasto del alumbrado.
El buen hacer del profesor, su
humanidad y su trabajo con los demás, llevó a que, a propuesta del Comité
Radical Socialista, el Pleno del Ayuntamiento del 28 de Diciembre de 1931
acordara poner a una calle del pueblo el nombre de Bruno Ortega, con lo que un
mes después se sustituyó el nombre de la Calle Sol por el nombre de Bruno
Ortega, un maestro que estuvo 40 años ejerciendo en El Espinar.
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